Luego de unas horas en tren, Paris se encontraba bajo mis pies, con ayuda de Cool’eurs du monde logré llegar a las oficinas de France Volontaires, los próximos 5 días estaría compartiendo con mis compañeros de Ecuador y Paraguay. 

La bienvenida fue cálida, intercambiamos experiencias con voluntarios de la DCC de otros 3 países más, Burkina Faso, Líbano y Filipinas. Las formaciones sobre diferentes temas lograron que nuestras dudas con respecto a las misiones se disiparan y nos hicieron reflexionar sobre cuáles eran nuestras motivaciones, el plano emocional también fue un punto importante, cuando la situación es complicada, recordemos que existen personas que pueden apoyarte o hacerte ver las cosas de una forma mucho más positiva de lo que aparentan. “Las nuevas experiencias también tienen nuevas emociones a explorar” 

Un momento de intercambio:

Por otro lado, en la noche de intercambio cultural aprendimos sobre la gastronomía, un poco de historia y sobre todo cultura, Líbano, Burkina, Filipinas, Ecuador y Perú presentamos un pequeño fragmento de nuestros bailes más emblemáticos y el público se hizo parte de la presentación con sus aplausos y energía; 

Es increíble que entre países tan lejanos como por ejemplo lo son Perú y Filipinas existan algunos rasgos históricos o culturales que nos unen. 

Una parada para visitar Paris:

Antes del regreso a nuestras regiones visitamos a Trocadero, admirando a la dama de hierro, la principal atracción turística en París; se ve igual de hermosa como todas las fotos que puedes encontrar en internet. Ahora entiendo muy bien como los grandes poetas, escritores y artistas terminan en la capital francesa, es una fuente de inspiración por donde la veas.

Cuando terminó la jornada con la DCC muchos nos despedimos con la esperanza de volver a encontrarnos y hacer posible un último intercambio antes de volver a cada quien a su país. Un saludo a los voluntarios que son parte del servicio cívico y quienes hacen posible que se lleve a cabo la experiencia.

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